POEME ROMÂNESTI ÎN LIMBI STRĂINE

Dragos COJOCARU



Las cuatro octavas reales que el Marqués de Zubizarreta dedicó a los cuatro
(damas y) caballeros de su Apocalipsis literario

    La gracia que no quiso darme el cielo
    de entre Los Ángeles me dio María
    haciéndome encontrar (sabéis que suelo)
    su rima natural, que es: la Poesía…
    Pero más tarde me paro y me duelo
    ya que, con toda mi arte y fantasía,
    todos conocen que sería gran fiasco
    si me pusiera a escribir en vasco.
   
*
    Por tanto la Señora Isabel
    puede hallar su apellido en mi pellejo:
    si el sol me ha hecho Rubio (como él),
    por tal vergüenza me he puesto Bermejo.
    Me quitarán la gloria y el laurel;
    ya no podré mirarme en el espejo…
    Así, Señora, que ardiente la ruego:
    No me pregunte nada en su gallego.

*
    Mi ingenio, como nunca desbordante,
    más fácilmente habla en catalán:
    con el rumano siendo semejante,
    más apropiado y más conforme al plán.
    He escrito mucha obra en consonante,
    que este siglo y el venturo alabarán…
    Lo hice siempre… sólo hasta ayer;
    hoy no me atrevo: me oye don Javier.

            *
    De esta triste manera ya restringo
    mi campo, otra vez vasto, de expresión,
    hacia Madrid, donde el tenor Domingo
    cantó por vez primera (aunque llorón).
    La gente por la calle grita: "¡Bingo!
    ¡Fíjate, tío, qué arte!". Yo, en prisión,
    estoy pidiendo libertad (en vano)
    a don Francisco, a mí, y al castellano.
Iasi, 12 de Octubre de 1994, Lectorado Español de la Universidad

Home